Aceite caliente, el milagroso.



Aceite, jengibre y romero




Salud, Arqueros y Montaraces.
Hoy vamos a hablar de un aceite milagroso, recompone musculatura profunda, tendones, permite extender entrenamientos, protege las articulaciones de los excesos, de los cambios de tiempo y temperatura, es antirreumático y, es de los pocos que puedes usar antes de tirar, durante y, desde luego, después.
Podría ir bien para culturistas, pero desde luego para arquería, tenis y golf, que son muy consuntivos con las articulaciones superiores, es idóneo.
Lo llamo así, no porque se prepare o use en caliente, sino por el predominio de fuego, aunque luego busque un equilibrio. Es sencillo, todo está en casa o cerca, es fantástico, y permite varias adaptaciones, sobre todo en materia de olores y aromas.
La base es aceite virgen de oliva, que ya es de por si bueno para estos propósitos, y el eje el laurel. Yo prefiero usar las bayas, pero en su ausencia también hojas sirven.

Así llena el bote donde vayas a prepararlo entre 1/3 y 2/5 de laurel, bayas u hojas. Añade jengibre, si es fresco y en rodajas finas, mejor. Ajo y Romero.
  Para dar un contrapeso algo de reina de los prados (contiene mucho salicílico) o corteza de sauce, un poco.
Y si no tienes problemas con el picante, algo de cayena.

Mantén esta carga entre 15 días y un mes. A estas alturas tienes algo muy útil pero que huele a ensalada, pero tranquilo, no hemos terminado, se soluciona en la segunda carga, y ésta has de dejarla mínimo otro mes, pero cuanto más tiempo, mejor. Yo la dejo en el bote hasta que cristaliza, y voy sacando lo que necesito a un pequeño frasco.
Vacía y escurre bien las hierbas de la primera carga y añade sobre ese aceite una segunda carga, hasta poco más de la mitad del bote (esta vez sin ajo y jengibre o cayena), de los siguientes componentes:
Laurel, la mayor parte
Un poquito de verbena
Ortiga desecada al sol, o Angélica.
Mirra molida, o incienso, o ambos, al gusto. Para mí, mejor mirra y un poco de clavo.
Esto ya huele mejor y el aceite resultante se puede mezclar bien con tinturas de sauce y harpagofito para potenciarlo, y esencias de Ylang, clavo, ciprés o cedro.
Si has usado cayena, prueba a mezclarlo antes de usarlo con aceite alcanforado y/o esencia de eucalipto, la mezcla es de frío-calor.
Con el subproducto, las hierbas escurridas que aún tienen algo de aceite, tanto si han llegado a cristalizar o no, una buena idea es mezclarlas con arcilla para usarla de vez en cuando en los hombros y codos.


Rafael.

Hemos puesto enlaces a casi todas las plantas utilizadas, a una página de Botánica que nos parece de las mejores. Según vayamos añadiendo nuestros propios artículos sobre diferentes hierbas, iremos cambiando los enlaces.