De alguna forma
el tiro con arco expande el espíritu. La tensión positiva del vínculo generado
con el blanco nutre e irradia desde las esferas y la propia fuerza del gesto,
de la postura.
Bajo todas las formas técnicas late un
solo estilo, un solo arquetipo, una arquería universal. Lo que se trata en
suma, es de ampliar la mayor esfera, de expandir la sensación de tiro sin
perder las cualidades de nuestro estilo y en la comprensión de los demás.
Conscientes de que a la postre, no es sino una vía técnica para propiciar lo
importante. Lo importante es accesible a todos y es universal.
Todas las esferas están presentes en el
arquero, cualquiera que sea su estilo, simplemente ha puesto mayor atención en
una de ellas en función del tipo de arco, tracción y suelta. De hecho habrían
de utilizarse todas dibujando una espiral introspectiva.
Las esferas permiten integrar como un
todo coherente una gran cantidad de matices, simplificando el gesto.
-. La esferas:
1.- Líneas y esferas del estilo
Hay tres líneas de fuerza y tres esferas
dibujadas por el arco y la cuerda, que terminan por formar un ovoide en plena
apertura o formas almendradas
2.- Esferas del disparo.
Tres esferas concéntricas, definidas
desde el eje vertical, tomando como centro el punto central del pecho, también
llamado punto crístico. Se dan en todos los estilos, técnicas y culturas, por
lo que su comprensión no es definitoria de la técnica, pero si crucial para
entender la geometría del disparo y sus componentes espirituales. Son
inherentes a la geometría humana y al hecho mismo de montar un arco.
-. La más pequeña de ellas, del centro o
eje vertical a los hombros, define los puntos de anclaje en todos los estilos,
desde el final de la mandíbula para dar salida a la flecha desde la comisura de
la boca, bien cayendo un poco a la altura de la oreja o poco detrás de ella, o
bien cayendo aún más y retrasando un poco más el anclaje a la manera de los
yumis o arcos japoneses.
-. La segunda, de carácter
intermediario, unifica todos los estilos pues, definida por los codos de arco y
cuerda, alcanza poco más arriba de la cabeza y poco más abajo del coxis.
-. La tercera, alcanzando la inserción
de la flecha en el puente del arco pasa poco más arriba de la altura de las
rodillas y sobre la cabeza, de tal forma que habrá la misma distancia del hara
a la coronilla, que de ésta al límite superior que dibuja sobre su cabeza.
La primera, inherente a todo sistema,
define, como una cadena de tiro, el uso y percepción de la siguiente.
La segunda esfera o intermedia es
crucial a la arquería sincrética; la posición y percepción del codo permite,
tanto la visualización de tiro, como la perfección técnica de anclaje y suelta,
la percepción del eje horizontal, la puntería no intencional, como la activación
de la línea de fuerza o esfera definida por arco y codo, esto es: la
activación e irradiación desde de la
gran esfera.
La tercera esfera cobrará su importancia
desde el disparo y tras éste pues permanece vibrando e irradiando, volviendo
poco a poco a la normalidad en atención remanente.
La tercera, entonces, ha de alimentarse
para producir potencia espiritual al disparo.
Estilo occidental. Esfera pequeña:
disparo en anclaje tangente al eje.
Estilo euro asiático. Esfera media:
disparo desde la oreja.
Estilo oriental. Esfera grande: disparo en anclaje dentro de
la esfera.